La importancia estratégica de esta zona de Puentes Viejas durante la Guerra Civil se debe a la existencia en su territorio de dos embalses que abastecían de agua a la población de Madrid. Se trata del embalse de El Villar, cuyas obras comenzaron en 1869, finalizándose en 1873 y el embalse de Puentes Viejas, cuyos primeros trabajos se inician en 1914, quedando finalizada su primera fase (22 Hm³) en 1922, en 1932 se inicia su recrecimiento, llegando en el año 1935 a su altura máxima (55 m).
En los días iniciales de la sublevación militar, las tropas rebeldes dirigidas por el coronel García Escámez toman el puerto de Somosierra, bajando hasta Buitrago donde encuentran una fuerte resistencia de grupos de milicianos y militares leales a la República dirigidos por el capitán Galán que no les permiten continuar su camino hacia Madrid. La línea del frente en esta zona de la sierra se mantendrá casi sin cambios durante toda la contienda. En el sector sublevado se despliega la división 72, siendo este su sector oriental (de Loma Quemada a la Quesera), que tendrá enfrente a las Brigadas Mixtas 26, 27 y 28 de la 1ª División del ejército republicano.
La detención en la sierra madrileña de las tropas enviadas por Mola fue muy importante para evitar la rápida caída de la capital en manos de los sublevados. Los planes de Mola se paralizan por falta de fuerzas, escasez de municiones y por la seria resistencia que encuentra por parte de las milicias republicanas.
La importancia y debilidad de este sector donde se sitúan los embalses durante los primeros ataques, como señala Vicente Rojo, hace que se envíen desde Madrid nuevas columnas para su defensa. En una de ellas, donde se encuadraban trabajadores de Canales del Lozoya (nombre durante la Segunda República del Canal de Isabel II), va Torres Campañá, delegado del Gobierno en esta empresa, encontrándose a grupos de milicianos fortificándose al sur de los embalses. Haciéndoles ver su error, el grupo que dirigía avanza hacia Puentes Viejas y con la unión de otras fuerzas, consiguen establecer una línea de defensa al norte de los embalses, donde detendrán los ataques de las fuerzas de Mola. Más tarde, la preocupación e insistencia del delegado Torres Campañá hizo que los mandos del sector reforzaran las posiciones del flanco derecho de los embalses escasamente guarnecidas (GOROSTIZA y SAURÍ 2013).
Una vez estabilizadas las líneas en esta zona, Franco decide que en la sierra de Madrid se debe mantener dicho frente en “situación defensiva” pero sin dejar de inquietar al enemigo. Todos estos hechos hacen que el frente se estabilice en esta zona desarrollándose importantes labores de fortificación por ambos bandos. En ambos sectores se realizarán trabajos de fortificación que les permitan controlar un frente de gran extensión.
En cuanto a la organización de los trabajos de fortificación del ejército republicano, hay documentación que indica que cada Brigada Mixta contaba con batallones de fortificación y compañías de zapadores, concretamente sabemos que, en enero de 1938, una compañía de zapadores de la 28 Brigada Mixta está construyendo fortines, un puesto de mando y un nuevo observatorio en la posición Loma Quemada (Posición Loma Quemada 1, Posición Loma Quemada 2, Posición Loma Quemada 3, Posición Loma Quemada 4, más un nido de ametralladoras que hemos coordenado, aunque ya en el término de Piñuecar, Posición Loma Quemada 5).
Todos estos restos forman la espina dorsal de este “Frente del Agua”, restos que transformaron el paisaje horadando las lomas con kilómetros de trincheras, refugios de tropa, observatorios, nidos de ametralladoras, etc.
Si queréis ver todos estos restos existe una ruta de senderismo con el mismo nombre que parte de la Plaza de la Iglesia del pueblo madrileño de Paredes de Buitrago.
Este observatorio del sector republicano dominaba visualmente el pueblo de Paredes de Buitrago y la carretera del embalse de Puentes Viejas y servía también para dar cobijo a las tropas. Los restos documentados durante las excavaciones arqueológicas han permitido reconstruir el sistema constructivo: presenta una planta rectangular con el frente redondeado, muros de piedra sin desbastar trabadas con argamasa y revocos de cal; la cubierta era de placas de fibrocemento (uralita) sustentadas por rollizos (vigas) de madera, mientras que el suelo era de tierra apisonada. Igualmente, la excavación ha proporcionado un gran número de restos de proyectiles de fusil y elementos de aseo personal (cepillo de dientes).

Posición Loma Quemada 2
Este nido de ametralladoras del sector republicano estaba perfectamente orientado para controlar movimientos en la carretera que, desde las posiciones del ejército franquista, accedía al embalse de Puentes Viejas.
La excavación arqueológica de este elemento nos ha permitido conocer el diseño de su estructura constructiva, con muros de piedra de gran espesor y acceso al interior en forma de codo, probablemente para amortiguar la onda explosiva de los proyectiles
Se puede apreciar la magnitud de la obra de ingeniería y la dificultad de su realización estando bajo fuego enemigo.

Posición Loma Quemada 4
Importante búnker del ejército republicano dotado con seis troneras para armas automáticas y cuatro para fusilería, tenía una gran potencia de fuego. Controlaba la carretera de acceso a la cercana presa de Puentes Viejas, formando parte del centro de resistencia de Loma Quemada.
De forma semicircular, se construyó en ladrillo y hormigón con una base en su interior para apoyar varias ametralladoras y un pasillo a nivel inferior para el municionamiento de las mismas. Los escasos restos documentados de la cubierta, actualmente desmantelada, no nos permiten definir su estructura ni su material constructivo.

Posición Loma Quemada 5
Ver sin ser visto, el enmascaramiento y la mimetización con el terreno son claves para entender la construcción de este nido de ametralladoras, cuya tipología se repetirá en el sector republicano: estructura semisubterránea de planta circular con entrada en codo, dos troneras en su interior construidas con muros de ladrillos y cubierta de losa de hormigón armado. La posición de este nido controlaba las eventuales incursiones de tropas enemigas por la vaguada situada a sus pies.

Posición El Pinar 2
Este conjunto conforma un “elemento de resistencia” de las tropas de Franco; agrupaba cuatro nidos de ametralladoras -uno actualmente destruido- de forma semicilíndrica, dotados de una gran tronera con visión de 180º. Al lado se disponen tres refugios subterráneos para la tropa, de alrededor de veinte metros cuadrados, con paredes construidas con cantos de río y suelos rematados con una capa de mortero de cal. Estaban comunicados por líneas de trincheras que protegían los desplazamientos en esta zona de primera línea del frente.

Posición El Pinar 1
Puesto de mando del ejército de Franco ocupado hasta el final de la contienda por una Centuria de ametralladoras de la Undécima Bandera de Castilla de Falange, fechado el 17 de septiembre de 1938, según aparece en la inscripción grabada en la fachada. Es de planta rectangular con pasillo de acceso y dos estancias. Su disposición a contraladera lo protegía del fuego de las líneas republicanas. La cubierta está formada por una gran losa de hormigón armado, mientras que los muros son de piedra trabada con argamasa de cal.
Posteriormente el edificio tuvo otros usos, probablemente refugio de cazadores. Se modificó entonces la cota del suelo, hoy recuperada, hasta cubrir el peldaño del cuerpo de acceso, y se construyó la chimenea.

Posición Peñas Bajas 4
Nido de ametralladoras del núcleo de resistencia del ejército franquista del área denominada Peñas Bajas. Situado en primera línea de fuego controlaba las posiciones republicanas de Loma Quemada que defendían el embalse de Puentes Viejas.
De factura y tipología similar a los de este grupo, su construcción se adaptaba al terreno tallando la roca para integrar el trazado del habitáculo y el pasillo de acceso. La cubierta fue expoliada posteriormente para reaprovechar el armado metálico que fortalecía el hormigón.

Posición Peñas Bajas 1 y 2
En la posición Peñas Bajas, otro “elemento de resistencia” del ejército franquista, se dispusieron varios nidos de ametralladora, dos de ellos en primera línea para controlar tanto la carretera entre Paredes de Buitrago y Prádena del Rincón, como las defensas republicanas desplegadas en el piedemonte cercano.
La construcción de estas estructuras defensivas, con su cubierta en voladizo sobre la tronera continua, probablemente de modelo alemán, requería una tecnología depurada y destreza técnica además de materiales constructivos de calidad, como el hierro y el hormigón tan escasos en esos años de guerra.

Posición Peñas Bajas 3 (sin fotografía)
Refugio subterráneo de las tropas franquistas en primera línea de frente. De planta rectangular, para su construcción se excavó en la roca natural una zanja de 6 m de largo, por 0,60 m de ancho y 1,60 m de profundidad; posteriormente se cubrió con una gruesa losa de hormigón armado. El acceso se realizaba mediante unos escalones tallados en el terreno. El grosor de la cubierta protegía tanto a la tropa como al armamento y municiones de los proyectiles de morteros y de la aviación.
REPORTAJE FOTOGRÁFICO
Para este reportaje fotográfico he utilizado la cámara Olympus OMD EM10 Mark II y el objetivo M. Zuiko Digital 14 - 42mm f/3,5 - 5,6 pancake
Posición el Pinar 1
Posición el Pinar 1
Posición el Pinar 2
Posición el Pinar 2
Posición el Pinar 2
Posición el Pinar 2
Posición Loma Quemada 1
Posición Loma Quemada 2
Posición Loma Quemada 2
Posición Loma Quemada 4
Posición Loma Quemada 5
Posición Loma Quemada 5
Posición Peñas Altas
Posición Peñas Bajas
Posición Peñas Bajas
Posición Peñas Bajas

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